¿Qué es ser una madre tóxica? Podemos definirlo como aquella
que daña al hijo tanto física como psíquicamente. Ninguna madre se propone
conscientemente hacer daño al hijo, salvo excepciones, pero ocurre que hay
madres cuyas actitudes con respecto al
hijo no le permiten un desarrollo feliz. Ser una madre tóxica no es equivalente
a ser mala madre si no a tener actitudes que son perjudiciales para el hijo sin
saberlo, con el convencimiento de estar haciendo lo mejor Las causas de ese
comportamiento las encontramos en la infancia de estas madres: repiten los
comportamientos que sus madres tuvieron con ellas.
Con la colaboración del doctor Gregorio Marañòn crea La Liga
para la Reforma Sexual Española en defensa de la emancipación de la mujer tanto
en la educación, la libertad sexual como en la igualdad de derechos.
La madre de Hildegart siempre estaba a su lado revisando y
controlando todos los movimientos de su hija. Pero llegó un momento en que
Hildegart se hizo famosa, conoció a muchos de los intelectuales importantes de
ese momento. El escritor H.G.Wells le ofreció un trabajo como secretaria suya
en Londres. La madre, que ya en situaciones anteriores en la que Hildegart
había intentado alejarse de ella la había amenazado con suicidarse, recibe esta
propuesta como una conspiración contra ella de alguien que quiere arrebatarle
su gran obra. A pesar de las amenazas de suicidio de su madre, en esta ocasión
Hildegart acepta la propuesta de irse a Londres y su madre decide que
como ella la creó igualmente tiene derecho a destruirla y el 9 de junio de 1933
la mata disparándole cuatro tiros a bocajarro mientras ésta dormía.
Es difícil, salvo excepciones, ser consciente de que la
relación con la madre es una relación tóxica. Varios ejemplos en los que los consultantes dicen tener una buena madre.
Sol tiene diecinueve
años cuando consulta. Parece tener catorce, se siente deprimida, sin ganas de
vivir. Vive con su madre, con su abuela y con su hermana de diez años. Su padre
murió cuando ella tenía quince años. Estudia, ayuda a su madre a diario con la
abuela que tiene principio de alzheimer, a su hermana con los deberes y los fines
de semana sustituye a su madre en la
tienda de ropa que ésta tiene. Su madre es muy buena y caritativa, dice,
colabora con una ONG, tiene un hermano que no tiene trabajo al que le da
dinero. Pasa prácticamente el día en la tienda por lo que Sol es la que se
ocupa de cuidar a la abuela y a la hermana. Para Sol nunca hay dinero. Siempre
tiene que estar reclamando el dinero para la terapia, para sus clases… y
entonces recibe el mismo mensaje: “Ay, hija, a ver si trabajas yo no puedo
mantener a tanta gente”. Sol se siente egoísta. “Pobre mi madre. Tengo que
buscar trabajo, dejar de estudiar, ¿qué vida me espera si no estudio?”. Desde
que el padre de Sol murió el hermano de su madre, que no tiene trabajo, se
ocupa educar a Sol y a su hermana. Decide cómo tiene que vestir, a qué hora
llegar, qué estudiar y cuándo, pero sobre todo insiste en que lo mejor para Sol sería trabajar en la tienda y dejar de estudiar. Sol no está de acuerdo con él, propone a la madre que sea su tío el que ayude en la tienda, ésta dice que la entiende pero le da la razón a su hermano. Es tan buena que no le gusta discutir y menos con su hermano mayor.
Angela consulta porque le preocupa que todas las parejas que ha tenido no la han tratado bien. Comenta que su padre es agresivo, maltratador pero su
madre es muy buena. El padre es muy agresivo con ella, sobre todo con sus
hermanos, les ha pegado mucho de pequeños y cuando eso ocurría la madre no decía
nada por miedo, pero luego se ocupaba de consolarlos. Al mismo tiempo vivía
pendiente siempre de que al padre no le faltara nada. No se separó nunca, a pesar de que los hijos se
lo pedían, porque el padre en el fondo era bueno. La madre de Angela es cómplice
del padre maltratador.
Miguel consulta porque su madre quiere que se separe cosa
que él no quiere hacer. Está casado con una mujer con la que tiene una hija.
Desde siempre su madre se presentaba en su casa a cualquier hora para llevarles
comida, o porque le había comprado algo, para verle… como consecuencia de estas
actuaciones Miguel y su mujer han tenido y tienen frecuentes discusiones. Al
nacer la niña las cosas se complican ya que la madre de Miguel considera que su
nuera no está cuidando bien a la niña, que no la alimenta bien, a pesar de que
la niña no tiene ningún problema de salud. La madre desde el principio ha
insistido en que esa mujer no le convenía y que lo que tiene que hacer es
separarse, quedarse con la custodia de la niña y vivir de nuevo en casa con los
padres ya que así tendría que trabajar menos. Miguel es taxista y su mujer no
trabaja. La madre de Miguel está convencida de saber, desde siempre, qué es lo
que le conviene a su hijo. Siempre ha hecho lo mejor para él. Miguel se pregunta si tiene que hacer lo que su madre quiere o no.
Hay madres que al contrario que las controladoras parecen
permitirlo todo. Realmente son madres indiferentes que prefieren no ocuparse de
los conflictos entre ellas y sus hijos y delegan en otros esta labor, como la
madre de Pedro. Una mujer muy inteligente, con una vida social muy rica que viajaba
mucho y dejaba al niño con una niñera, niñera que les acompañaba incluso en las
vacaciones y a la que recurría cada vez que Pedro se ponía insoportable según ella.
Jose Consulta preocupado por su mujer. Siempre está
deprimida, triste. En las entrevistas de quien habla es de su madre, una mujer
terrible, dice, siempre estaba enferma, con depresión. Debido a su enfermedad
no podía disgustarse pero se disgustaba por todo. En su casa no puede hablar
alto, no puede correr, debe tener cuidado con el volumen de la televisión… cada
vez que va a quedar con amigos ella se pone peor, necesita que Jose esté a su
lado y cuando, por sentirse ésta mejor, planeaban irse de vacaciones sufría un empeoramiento
con lo que las vacaciones se anulaban. A pesar de todo entre el padre y la
madre había discusiones fuertes, casi siempre provocadas por ella, y Jose siempre vivió y vive con el temor de que
a su madre le pase algo. Reconoce en su
mujer la misma actitud que en su madre.
La madre de Rocío es una mujer guapa que siempre ha
presumido de ello. Rocío recuerda que cuando era adolescente estaba gordita,
usaba gafas y su madre decía que la entristecía verla tan poco agraciada. Cuando
Rocío cumplió quince años ya no era gordita, no usaba gafas, era una chica
atractiva. La madre empezó a hacerle la vida imposible. Competía continuamente
con ella, le cogía la ropa, “me sienta mejor que a ella y eso que tengo más
edad”, era un comentario frecuente de la madre con quien se cruzaba en su
camino.
Es muy difícil para el niño pensar que su madre no es buena.
Si la madre tiene actitudes que a él le disgustan es porque algo ha hecho mal
aunque no lo comprenda. El niño no actúa en contra de la madre, simplemente no
puede controlar sus impulsos, cosa que habrá de hacer en el proceso de maduración.
Cuando el niño, a sabiendas, hace algo mal y la madre se enfada éste lo
entiende y no pasa nada. Pero cuando el niño creyendo actuar bien es castigado, o cuando lo es unas veces sí y otras no, no tendrá una referencia clara acerca
de lo que está bien y lo que está mal. Los niños necesitan límites claros. Sin
tener esa claridad sentirá agresividad ante esa madre que nunca está contenta
haga lo que haga, agresividad que si no puede manifestar se volverá contra él
en forma de sentimientos de culpabilidad. Todo lo que pasa es por su culpa,
¿cómo puede tener malos sentimientos hacia esa madre que le cuida y todo lo
hace por su bien? Resultado en la edad adulta es el de una persona que se valora
poco o nada.
Una mujer que tiene una actitud perversa hacia su hijo es
una mujer que de alguna manera no ha sido amada, valorada, que, en definitiva,
ha sido maltratada por sus padres, especialmente por su madre. No tiene los
recursos necesarios para atender las necesidades emocionales del hijo. Igualmente,
las madres con actitudes tóxicas con sus hijos son siempre madres que al no
han sido valoradas por sus padres, por su madre principalmente. Repiten
actuaciones que sus madres tuvieron con ellas convencidas de que es lo que hay
que hacer y de que están haciendo lo mejor para el hijo.
En muchos casos la relación del hijo con una madre tóxica se
convierte en difícil e incluso en imposible. Que el hijo entienda que la madre
no ha podido actuar de otra manera por las circunstancias que le ha tocado vivir, ayudará a que el hijo intente una mejor relación con ella pero, al mismo tiempo, el
hijo ha de entender que lo que siente hacia su madre es consecuencia de las
actitudes de ésta, que amor y odio son inseparables y que los sentimientos de
culpa tienen su origen en no entender que es inevitable no sentir sentimientos
negativos hacia quienes amamos. Hay madres que hacen imposible la relación con
el hijo y que lo mejor que éste puede hacer es no tener contacto con ellas, por
mucho que entienda el porqué.
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